Cómo la masilla sensorial puede ayudar con los trastornos sensoriales

La masilla sensorial es una herramienta extremadamente útil para ayudar a la relajación, fomentar la atención y la concentración, mejorar la coordinación ojo-mano y muchas otras cosas. Sin embargo, puede resultar especialmente útil para ayudar a niños con autismo, TDAH y otros trastornos del procesamiento sensorial, ya que ayuda a regular su sistema nervioso. A lo largo de esta publicación de blog, exploramos las formas en que se puede utilizar la masilla sensorial para ayudar a las personas con estos problemas y cómo pueden incorporarla a sus rutinas diarias.

Antes de profundizar en las formas en que podemos utilizar la masilla sensorial para ayudar con los problemas sensoriales, primero debemos comprender qué hace exactamente la masilla sensorial para ayudarlos. Aplastar, estirar y apretar la masilla sensorial puede ayudar a mejorar la función cognitiva, la coordinación ojo-mano, el enfoque y la concentración y proporcionar un alivio sencillo del estrés. Además de esto, también puede ayudar a regular el sistema nervioso de niños con problemas de procesamiento sensorial y también a aumentar su capacidad de atención. La masilla sensorial es una herramienta extremadamente útil que es relativamente fácil de incorporar a una rutina regular de diferentes maneras.

Utilizándolo como herramienta calmante: Es muy común que los niños con problemas sensoriales se sientan abrumados fácilmente, especialmente en situaciones en las que se sienten incómodos. Aquí es donde la masilla sensorial puede resultar útil, ya que ayuda a regular su sistema nervioso y les permite concentrarse en algo divertido y creativo estirando y aplastando la masilla, o incluso intentando moldearla en diferentes formas.

Utilizándola para guiar la concentración: si a su hijo le resulta especialmente difícil concentrarse en determinadas tareas, la masilla sensorial sin duda puede ayudarle. El uso de masilla sensorial puede ayudar a mantener las manos ocupadas y evitar la inquietud, lo que puede provocar rápidamente un cambio de concentración. Esta herramienta permite al niño hacer algo simultáneamente mientras mantiene la concentración.

Ayuda con las habilidades motoras finas: los problemas de planificación motora y la mala coordinación mano-ojo son particularmente comunes en niños con TDAH, lo que significa que la masilla sensorial puede brindar cierta ayuda en esta situación. Moldear y apretar la masilla con movimientos repetitivos puede ayudar a mejorar la coordinación ojo-mano y la destreza de los dedos. Animar a su hijo a jugar con masilla sensorial con regularidad puede ayudar a mejorar estos problemas de una manera divertida y atractiva.

Incorporar a la terapia: No Todos los niños que experimentan problemas de procesamiento sensorial asisten a terapia, pero es bastante común. La masilla sensorial puede ser una herramienta útil para incorporar a las sesiones de terapia, ya que permite que el niño se sienta más cómodo y como en casa, además de animarle a concentrarse y concentrarse. Si su hijo tiene dificultades en sus sesiones de terapia, intente incorporar masilla sensorial.

¡Mézclalo!: Los niños con problemas de procesamiento sensorial pueden encontrar abrumadoras las diferentes texturas, por lo tanto, usar masilla sensorial es una excelente manera de combatir esto. Al incorporar nuevas texturas a la masilla, como cuentas flotantes, chispas, cuentas bingsu, etc., ¡puede presentarle a su hijo diferentes texturas de una manera creativa!

En general, la masilla sensorial es una herramienta versátil que se puede utilizar de diferentes maneras para ayudar a los niños con problemas sensoriales. No solo puede mejorar su atención y concentración, sino que también puede ayudar a desarrollar la destreza, la coordinación ojo-mano, las habilidades motoras finas y fomenta la relajación. Incorporar la masilla sensorial a la rutina de tu hijo es sumamente sencillo pero definitivamente efectivo. Así que la próxima vez que busques una herramienta útil para añadir a tu rutina habitual, dale nuestras masillas sensoriales. ¡un intento!